Si Lao-Ming-Sha-ye hubiera sabido que iba a acabar reverberado en la mente de un albañil a las 6 de la mañana antes de rasgar el azucarillo y echarlo en el café..., quién sabe como habría reaccionado. Sea como fuere, se produjo el formidable fenómeno de la reverberación astral. Quién sabe si por la carga estática que el papel había acumulado al ser agitado, quién si por la mente del sujeto aún ensoñada, pero la frase fue leída con la misma entonación mental (e incluso con el mismo eco) con el que Lao-Ming-Sha-ye la pensó años atrás.
"Vivir en el mundo real es entrar en los sitios que te dan miedo. Abrir la mente significa conocerse a si mismo"
La gente se miró, un par de ellos asintieron, otro par se encogió de hombros, el camarero dijo -Psst.
3 comentarios:
A mi todo lo real me damiedo, en cambio lo fantastico y lo ficciticio no...
Saludos.
que locura...
me gusta
mucho
saludos!
Gracias por vuestras lecturas.
Saludos
Publicar un comentario